“He dado todo por conservar este bosque, es mi vida”, nos dijo Luciano Troyes mientras nos enseñaba una pequeña parte de las mil ochocientas hectáreas del bosque seco del Marañón-Chinchipe que decidió respetar y valorar. Sin importarle la inseguridad en esta zona del país se metió en entre sus montañas y empezó a repoblar con plantas nativas todo el lugar.

Toda su familia se involucró en su proyecto de vida y ni el terrorismo los desanimó para seguir en esta senda. Así nació lo que después se convertiría en el Área de Conservación Privada Gotas de Agua, una idea loca de museo vivo, con flora y fauna viviendo en libertad, sin la intromisión violenta del hombre. Han pasado dos décadas desde que llegó a estos bosques y los ha llenado de vitalidad. Sin embargo, hacer sostenible este sueño de la familia Troyes todavía es algo que lo ven un poco lejano.

En momentos de desconfianza, Luciano Troyes pensó que los problemas no podían detener sus impulsos de lucha. Le metió todas sus ganas pero la gente no lo comprendía. Intentar vivir de un bosque sin agricultura es un sin sentido cuando ni siquiera se tiene los medios suficientes para poder mantenerlo.  Sin embargo, ver cómo las aves van llegando al lugar y cómo van creciendo los árboles que ellos mismos plantaron, es una motivación constante para toda esta familia que empuja este estilo de vida. En el 2001 fundó la Asociación Civil Gotas de Agua. Su esposa y tres de sus hijos lo apoyaron y empezaron un proyecto que llamaron “Planta un Árbol con tus propias manos”, en el que reforestaron junto con distintos colegios del lugar cientos de árboles, como algarrobos, tunshos o catahuas. En la actualidad todos sus proyectos se han frenado por falta de financiamiento pero están en la búsqueda de ellos.

Los bosques secos ecuatoriales solo se pueden encontrar en Perú y el sur de Ecuador. En nuestro país están presentes en los departamentos de Piura, Lambayeque, La Libertad, Amazonas y Cajamarca, y es una de la zonas más visitadas por biólogos e investigadores que vienen a este lado del mundo. En el ACP, los Troyes han construido una torre de observación además de escondites para observar los comportamientos de las aves sin perturbarlas. Se han determinado que existen más de setenta especies de aves, de las que diecinueve son endémicas del Perú. Tienen los servicios básicos para pasar lindos días en esta parte de Cajamarca que es poco visitada. Tienen una zona de campamento y guías que le harán descubrir nuevas sensaciones por estos rincones del norte del Perú que necesitan de todos nosotros, de nuestras visitas, de nuestro interés.

El Fringilo-Inca Chico es una pequeña ave que tan solo se le encuentra en el valle interandino del Marañón. Tiene el pico casi naranja y sus plumas son verdes, resaltando por su gran belleza y porte cuando va jugando entre los árboles. Es común verlo por este pedazo de tierra protegido por el amor de los Troyes, pero eso, lamentablemente, no es suficiente. El estado de conservación de esta especie, así como muchas otras en el nororiente peruano es preocupante porque su hábitat está muy amenazado por las actividades del ser humano. Es por ello, que Luciano está empecinado en seguir protegiendo estos bosques. De todas las formas posibles. En todo este tiempo apoyando a investigadores y viajeros, en Gotas de Agua se han descubierto distintas nuevas plantas para la ciencia, como la mimosa jaenenssi y la  mimosa lanolina, además de la redescubierta Esenbeckia cornuta, que se pensaba estaba desaparecida.

Caminar por todo el Perú nos ha hecho conocer distintas personas e iniciativas que cuidando de todos nosotros. Gotas de Agua es un ejemplo de ello, en donde toda una familia está involucrada, en donde hay miles de cosas para hacer y en donde los sueños no desaparecen a pesar de las dificultades.