Por: Walter Wust / www.walterwust.com
No, no son las selvas húmedas de la vertiente oriental de los Andes, sino un bosque que renace cada año gracias a la humedad de la niebla… a pocos kilómetros del mar. Aunque pareciera que las imágenes que aparecen ante nuestros ojos pertenecieran al valle de Kosñipata o las selvas de Cutervo, se trata de las lomas de Asia, un oasis de verdor ubicado a solo minutos de los exclusivos balnearios del sur de la capital.
Las lomas costeras constituyen un ecosistema único y especial, presente a lo largo del desierto costero del Pacífico sudamericano desde el norte de Chile al centro del Perú. Solo ciertos lugares que combinan características de relieve, ubicación geográfica y orientación al viento ofrecen las posibilidades para que un milagro ocurra con la llegada de cada invierno.
Como por arte de magia, las colinas normalmente áridas y resecas se convierten en verdaderos jardines gracias a la humedad que llega con las neblinas que traen los vientos alisios. Aquí no llueve, pero la persistente presencia de la niebla es suficiente para aquellos que han aprendido a renacer en medio de la escasez. Amancaes, campanillas, huanarpos, begonias, cactus y hasta una especie de orquídea –única y endémica de Lima– pintan de colores cada pedazo de terreno disponible en una exuberancia que solo se compara a la de las sabanas africanas durante la llegada de las lluvias. Cada criatura sabe que la bonanza es efímera, así que se apresuran a atraer polinizadores, alimentarse y propagar a su especie… antes que el sol del verano convierta todo en un desierto una vez más.
Los primeros en aparecer son los amancaes, a principios de junio. Sus bulbos, escondidos bajo tierra sorprenden creando un espeso manto verde que lo cubre todo y confiere al lugar una atmósfera casi mágica. Pero el verdadero espectáculo ocurre cuando sus amarillas flores se apropian del paisaje. Cuando se camina por sus colinas, rodeado por el canto de cientos de aves, es difícil imaginar que en solo unos meses aquí habrá solo algunas briznas de hierba seca sobre el arenal. Su color da lugar, con el paso de los días, a las olorosas flores de tabaco silvestre, a las anaranjadas chinchircumas, amarillas ortigas y campanillas de tonos púrpura y rosado. Es el milagro de las lomas costeras de Lima.
La Municipalidad distrital de Asia y la Comunidad Campesina del mismo nombre han hecho un gran esfuerzo por proteger este lugar. Declarado como área de conservación local, un equipo de vigilantes mantiene estricta vigilancia en el lugar; han levantado cercos perimétricos sobre unas 1,000 hectáreas para impedir las invasiones y el ingreso de los nocivos rebaños de cabras, construido baños e implementado senderos bien señalizados y zonas para estacionamiento y descanso de los visitantes. Biólogos están estudiando la biodiversidad, reforestando las laderas y hasta se ha creado la fiesta de las lomas, que atrae en junio a miles de visitantes deseosos de disfrutar de este ecosistema tan único como nuestro.
Con la llegada del sol de verano las flores desaparecen llevándose el abrigo amarillo que contrastaba con el azul del cielo limeño. La vida continuará, pero bajo tierra. Los bulbos, repletos de humedad con el agua de las neblinas invernales, lograrán sobrevivir a los largos meses de escasez que les quedan por delante. Las semillas, por su parte, aguardarán las condiciones ideales para germinar. El silencio reemplazará una vez más el canto de los pamperos y lechuzas en las lomas de Asia. Hasta el año que viene.
En busca de los amancaes: ¿Cómo llegar?
El paraíso de los amancaes del sur limeño se encuentra a solo 15 minutos (o 14 kilómetros) del concurrido balneario de Asia. Basta tomar el desvío al centro poblado de La Capilla que parte del km 101 de la Panamericana Sur y continuar –siempre por carretera asfaltada– hasta los caseríos de Santa Rosa y Esquina de Asia. Una vez allí siga la trocha afirmada hasta las lomas. No puede perderse.
Para coordinar su visita escriba a: laslomasdeasia@gmail.com. El costo de ingreso es de 5 soles. La mejor fecha para visitarla es entre junio y octubre.
Data biológica
Las lomas de Asia abarcan unas 10 mil hectáreas y se extienden a alturas entre los 270 y los 890 msnm. Entre las especies arbóreas destacan la tara y el huarango. Se han registrado cerca de 50 especies de aves, entre ellas los endémicos pampero pico grueso, pampero costero, canastero de los cactus y el chirigue de Raimondi.
El breve espacio en que tú estás
Desde estas verdes colinas se puede ver el mar. Aunque no parezca, las lomas de Asia se encuentran a escasos kilómetros de la playa. Este vergel de flores, zumbidos de insectos y cantos de aves que llenan el aire húmedo de las colinas se convertirá en solo unos meses en silencio y aridez. Vale la pena darse un salto y recorrer estos efímeros oasis de verdor mientras dura el breve tiempo de abundancia que llega con las neblinas invernales.
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