Atiquipa: La toma de las lomas
Conoce este destino en las costas de Arequipa donde las dunas respiran, cogen la niebla y la convierten en vida. Atrévete a viajar unas cuantas horas a este paradisiaco lugar muy apreciado por los incas.
Por: Jack Lo / Conservamos por Naturaleza
Playas de aguas frías y cristalinas se hacen uno con áridas lomas que florecen de julio a noviembre como las de Lachay. Son apenas un par de motivos para visitar las poco transitadas costas de Arequipa, cuya belleza y paz fue resaltada por los mismos incas que hicieron de este rincón del país, su lugar de descanso antes de subir hacia el Cusco. En la actualidad, la comunidad campesina de Atiquipa está luchando por proteger estas tierras para poder seguir viviendo aquí. Conservando este pedazo del Perú se está cuidando la casa de vendados de cola blanca, del zorro gris, del guanaco, de ratones y escorpiones endémicos, y de más de 80 especies de aves.
La mejor época para visitar esta parte de la costa sur es cuando las lomas están en su máximo esplendor, pero igual vale la pena darse una vuelta en cualquier momento del año ya que Atiquipa tiene mucho que ofrecer. En sus cerca de 20 mil hectáreas protegidas como Área de Conservación Privada (ACP), se da refugio a unas 350 especies de plantas. La especie más común en las lomas es el árbol nativo conocido como la Tara (Caesalpinia spinosa), cuyas vainas y semillas son usadas para producir ácido tánico y goma para mercados nacionales e internacionales. ¨Atiquipa es un paraíso escondido¨, nos dice Julieta de La Torre, mientras enumera todos los atributos que tiene que ofrecer este parche verde que le da de beber a toda una comunidad en medio del desierto. Ruinas y caminos inca para explorar, playas solitarias, un mar turquesa, mucha vida y un aceite de oliva de alta pureza encontrará en este rincón de Arequipa que tiene que coger el agua de la niebla para sobrevivir.
¨Aquí tomamos agua de lluvia¨, nos dice Julieta de La Torre, mirando hacia lo alto. Apuntaba con la mano hacia la punta de las lomas donde se encuentra el sistema de atrapa nieblas que permite captar el agua de la niebla y acumularla en puquiales para luego irrigar áreas bajo reforestación, cultivos y saciar la sed de los pobladores locales. El trabajo viene siendo liderado por la comunidad y busca reforestar 150 hectáreas de bosque nativo y triplicar la cantidad de agua que hoy tienen. Sin embargo, siguen necesitando ayuda para concretar sus planes.
Esta experiencia de lomas y costa es especial. Es posible ir en bicicletas o caminando, y hacer todo el recorrido desde las partes altas hasta la playa de Jihuay, luego ir hasta los restos incas en Puerto Inca, recorrer los olivos, taras y bosques de arrayán, para luego terminar contemplando los increíbles paisajes que nos regala la hermosa costa arequipeña. Y hay oferta para todos los gustos. Si quieren acampar, pueden hacerlo en la misma comunidad, o si quieren hospedajes, también hay lugar en Atiquipa y en la playa de Jihuay, donde está el fundo del mismo nombre.
Así que si estás planeando un nuevo viaje para explorar el Perú, este es un destino muy recomendable para ir solo, con amigos o con toda la familia.
Toma la carretera Panamericana Sur con rumbo a Arequipa y bájate en Nasca. Toma allí una combi en dirección a Chala y luego bájate en Atiquipa (km 600). Desde ese punto son 2 km hasta la comunidad.
Puedes averiguar más aquí.
Para dormir:
Hay diferentes opciones para quedarse aquí. Se puede acampar en el bosque y aprovechar para hacer trekking hasta llegar a ruinas a las que pocos alcanzan. También puede pasar la noche en el hotel que se ha construido el mismo poblado (a un costo aproximado de 30 soles). O si buscas más independencia, una muy buena opción es el fundo que ha habilitado Jaime Rubio, en la misma playa de Jihuay y a 10 minutos de Atiquipa (más información en http://www.jihuay.com/). Puerto Inka también se encuentra bastante cerca.
Contacto:
– Julieta De la Torre
Telf: 990999702 – 989484370
Correo: julieta_delatorre_1@hotmail.com
– Roberto De la Torre
Telf: 993623013