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Soqtapata

Soqtapata

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¨Existe una necesidad de reencontrarnos con la naturaleza de la cual somos parte, y de la cual hoy estamos distanciados”, nos cuenta Rafael Pilares, el líder de este grupo de personas que conforman la asociación familiar llamada Herpiro, la que tiene a su cargo la Concesión para la Conservación Soqtapata en la selva de Cusco.

La ficha técnica

Personas de Contacto:

Rafael Pilares

Teléfonos:

990340669

Correo:

rafael.pilares@soqtapata.com / www.soqtapata.com

Clic aquí para enviar correo

Ubicación:

Cusco

Extensión:

15.416,80 ha

Norma:

R.D.G. Nº 095-2010-AG-DGFFS, Fecha de Publicación 06.10.10

Vigencia:

40 años

Este entusiasta conservacionista le mostró a su familia la importancia de la naturaleza y de tener un bosque bien cuidado. Identificó un extenso campo a las afueras de Cusco y decidió dedicarle su vida para que este no caiga en manos equivocadas. Su esposa e hijos se metieron de cabeza en este proyecto de vida que los une algo más que la sangre que corre por sus venas. En mayo del 2007, Pilares comenzó a elaborar la propuesta técnica que permitió que se le otorgara la concesión para conservación y el contrato fue suscrito finalmente en julio del 2011.

 

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Caminar por sus senderos cubiertos por vegetación es adentrarse en caminos casi vírgenes. Nadie ha entrado a pesar de que se encuentra a unos pocos kilómetros del pueblo de 15 mil, el lugar en donde más llueve en el planeta. Árboles de cientos de años rodeados por papagayos, gallitos de las rocas y decenas de especies de todos los colores te pintan miles de situaciones solo vistas en documentales y películas. A mediados de julio, Rafael Pilares bajaba el monte, desde su campamento a dos kilómetros de la carretera, hasta el pueblo de Cadena. Con sartén en mano, levantó la cabeza y se chocó con dos pumas adultos a unos seis metros de él. No se animó a sacar su cámara de fotos. Golpeó fuertemente el implemento de cocina contra el suelo, ellos giraron, lo miraron y saltaron hacia los arbustos hasta desaparecer. Tres meses atrás, un oso de anteojos lo estuvo siguiendo en pleno bosque. Pilares iba a un lado de la quebrada y el mamífero en el otro. Después de varios minutos Rafael tuvo miedo y lanzó un grito que hizo escapar al oso. Con solo sus dos patas delanteras tumbó los árboles que tenía delante y se perdió en la selva.

Rafael Pilares cuenta que “la conservación es un componente fundamental para la vida y la apuesta de Soqtapata es por actividades sostenibles que tengan como eje la conservación de la naturaleza”. El nombre de Soqtapata (seis terrazas en quechua) fue dado por la riqueza biológica de la zona. Este cuenta con seis pisos ecológicos que oscilan entre los 4,350 y los 800 metros sobre el nivel del mar. Tan extensa es su área, más de 15 mil hectáreas, que le será imposible conocerla todo en lo que le resta de vida. Pero sueña con llegar al nevado que tiene detrás. Para Rafael es necesario que el ser humano vuelva a conectarse con su entorno natural. Plantea que las soluciones al tema ambiental sólo pueden abordarse desde el ámbito de la cultura, ya que esta a todos nos envuelve y condiciona. Por ello, se necesita ir asumiendo nuevos enfoques más integradores, como el turismo responsable y la investigación. Por ello se convirtió en un misionero de la conservación. Todas las semanas, religiosamente, visita a todos los vecinos para contarles los beneficios de proteger el bosque. Se ganó la confianza de las profesoras del colegio y se mete en las aulas para hablarles a los niños que esos grandes árboles que están detrás, son de todos, nos dan vida y que miles de especies viven de él. Este es débil y nuestra misión es cuidarlo.

Ana Cecilia, la esposa de Rafael, es la lidereza del campamento. Dirige a los trabajadores, que se han convertido como su familia, y les cocina todos los días. Al inicio ella no quería ir. Le tenía terror a los insectos y animales. No le gustaba caminar dentro de un bosque que ella no conocía. La primera vez ni sentarse quiso. Ha pasado el tiempo, cientos de picaduras de mosquito, decenas de lluvias torrenciales, uno que otro rugido de puma, y se terminó contagiando de la pasión de su esposo. No se ve en otro lugar que no sea Soqtapata. Dejó de creer que esto era una locura sin sentido y volvió de este lugar un paraíso para llenar su alma.

La Concesión para Conservación Soqtapata, forma parte del Corredor de Conservación Binacional Vilcabamba-Amboró, uno de los lugares más diversos del planeta. Forma parte del Hotspot Andes Tropicales y contribuye a la protección y conectividad ecológica de bosques montañosos y llanuras tropicales mejor conservados en todo el mundo. A pesar de ello, este diverso rincón del Perú está siendo amenazado por la minería y tala ilegal, situaciones con las que lucha todos los días la familia Pilares. Ellos han comprendido que la supervivencia de miles de especies de flora y fauna depende de Soqtapata y esta lucha la han asumido como propia.

 

 

  • Visítanos

    Desde Cusco, salir en dirección al sur. Pase Urcos y tome el desvío donde comienza la Interocéanica Sur. Pase por el abra de Cuyuni, ubicado a 4175 m.s.n.m.. Siga por la carretera pasando por Ccatcca y luego por el abra de Pirhuayani. Desde ahí empieza el descenso pasando por Limacpunku, el Puente Capiri, el Centro Poblado San Miguel hasta llegar al Puente Cadena en el kilómetro 172. En este punto se inicia la caminata hacia Soqtapata. Todo el recorrido se realiza en aproximadamente cinco horas.

  • Ayúdanos a Conservar

    Actualmente tienen convenios de cooperación con empresas privadas y profesionales independientes que les permite avanzar en el proyecto, pero todo apoyo es bienvenido.

    Se encuentran al inicio de la implementación del puesto de  control, de senderos de interpretación y del camino forestal primario. Cuentan con campamentos móviles que pueden ser muy bien utilizados por voluntarios que quieran llegar a la zona a ayudar.