Texto y fotos: Yeissy Sarmiento Guevara / ACP Bosque Berlín
Este 2015 ha significado para mí la oportunidad de hacer realidad aquellos sueños que se tejían en mi mente cuando era una simple estudiante de biología. Gracias a Conservamos por Naturaleza y a la Asociación para la Niñez y su Ambiente (ANIA), pude cumplir el sueño de participar en la creación de TiNi´s y continuar la meta de llegar a lugares alejados a fin de dar a conocer la importancia y la necesidad de conservar nuestra increíble biodiversidad, porque como decía Eduardo Galeano, “actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable”.
Realizar un programa de educación ambiental en zonas rurales es una aventura aleccionadora personal y profesionalmente. Junto al ACP Bosque Berlín tenemos el objetivo de conservar los fragmentos de bosque nublado que aún quedan, así como el recurso hídrico y especies representativas, como el mono choro de cola amarilla, que necesitan protección en la región Amazonas. Esta preocupación no solo debe incluir a profesionales sino también a la gente local y a las comunidades que se han asentado cerca de este ecosistema. Lo que se busca no es juzgar sino encontrar alternativas conjuntas que ayuden a superar los problemas ambientales en estas zonas. Necesitamos una educación ambiental comunitaria y participativa.
Yeissy compartiendo con los niños, enseñándoles la importancia de proteger nuestro entorno y motivándolos a ser actores de cambio.
En nuestros primeros pasos de nuestra aventura, hemos encontrado algunas dificultades en cuanto a la aceptación por parte de la gente local. Los adultos han tenido experiencias con organizaciones y proyectos que los han decepcionado, y por eso se hace más difícil ganarse su confianza. Es por ello que adecuamos algunas metodologías considerando y respetando la cultura de las comunidades con las que venimos trabajando. Decidimos estar más de cerca con los niños, jóvenes y maestros, realizando charlas en instituciones educativas de primaria y secundaria. La idea primordial es que los jóvenes manifiesten sus ideas y reflexiones sobre los temas ambientales que acontecen en su comunidad y se comprometan a ser actores de cambio.
En otras instituciones, en especial con las de primaria, hemos aplicado la metodología TiNi, privilegiando actividades vivenciales y lúdicas desde un espacio de tierra propio, que les permita reflexionar sobre cómo sus acciones influyen en el medio ambiente y cómo ellos desde pequeños pueden ser parte de la solución. En mi opinión, es una metodología de aprendizaje activa que les enseña a no limitarse sino que son los protagonistas de su aprendizaje. Hasta ahora se han creado 3 TiNi en los caseríos Berlín, Nuevo Oriente y Nueva Alianza, El compromiso es hacer las cosas en bien de nosotros, los demás y la naturaleza. Hay que reconocer que los grandes aliados son los maestros comprometidos en mejorar la calidad de enseñanza y aprendizaje de sus alumnos, esquivando las dificultades y enfrentando la oposición de algunos padres.
Tierra de niños, niñas y jóvenes (TiNi)
Consiste en un espacio, desde medio metro cuadrado, que les es entregado a niñas, niños y jóvenes donde crían la vida y la biodiversidad generando bienestar para ellos mismos, otras personas y la naturaleza. La TiNi se puede hacer en un hogar, escuela, comunidad y en diversos ecosistemas. La metodología TiNi ha sido adoptada por el Ministerio de Educación del Perú y se ha iniciado su aplicación en las IE públicas del país como una buena práctica de educación para el desarrollo sostenible. A la vez, con el apoyo del sector privado, se ha logrado implementar la metodología TiNi en más del 50% de las regiones del Perú y 10 países.
Los impactos positivos se empiezan a notar en acciones simples que nacen de la curiosidad y sensibilidad de las personas. Jóvenes y maestros con ganas de cambio, que promueven la investigación y que constantemente están probando ideas para mejorar su entorno, son ejemplo de ello. Cada vez, es más frecuente encontrarse con personas indignadas por el asesinato de un mono, o gente que te pide que les regales una foto del mono choro de cola amarilla para poder mostrarla a sus amigos y familia. Esos momentos me llenan de esperanza y me confirman que nuestro día a día está inspirando a más personas. “Ah, señorita, usted es la que cuida los monos y los bosques”, me dicen, y yo solo atino a sonreír.
Por otro lado, si bien la educación ambiental provee contextos y temas reales, a través de los cuales se pueden aprender conceptos y habilidades, se deben tomar en cuenta las consideraciones sociales y políticas, que van a condicionar las oportunidades de desarrollo de estos jóvenes y niños que viven en zonas rurales. Si vamos a compartirles la responsabilidad de cuidar su ambiente, hay que darles la oportunidad de mostrar su compromiso a través de aquello que desean hacer en el futuro. Una de las causas de los problemas en zonas rurales es la falta de oportunidades para los más jóvenes. No valdrá de nada que ellos entiendan la importancia de su bosque, si no tienen las herramientas y el apoyo para alcanzar sus metas.
Ania y Kin son los personajes de esta iniciativa que busca que los niños, niñas y jóvenes fortalezcan su relación con la naturaleza.
Es importante manifestar que debería existir un trabajo coordinado y coherente entre organizaciones que están apoyando la conservación. No es posible que por un lado se trate de incentivar a conservar o regenerar los ambientes naturales con especies propias de los ecosistemas y por otro se tomen acciones para hacer lo contrario. Lo único que se genera con esto es una confusión entre los pobladores que obviamente van a seguir aquella iniciativa que le resulte más conveniente para sus intereses. Recordemos que no solo estamos luchando por el bienestar de las poblaciones humanas, sino para lograr objetivos que la gente común no está ni enterada.
Los días pueden comenzar muy brillantes o grises. Los caminos pueden ser largos, cortos, estrechos, complicados. Pero todo esto se te olvida cuando un niño te toma de la mano para mostrarte sus logros o simplemente te roba una sonrisa con alguna ocurrencia. Finalizas el día con el sol perdiéndose en el horizonte sabiendo que ese día valió la pena porque lo que más amas está a salvo un día más.