Muy cerca al recién categorizado Parque Nacional Sierra del Divisor, una familia decidió proteger el país, depositando sus sueños y expectativas en un bosque húmedo de colinas. Elevaciones de hasta 230 metros sobre el nivel del mar se levantan en medio de esta especial selva baja resguardada por tigrillos, ranas, sachavacas, venados, monos y cientos de especies que hacen de esta aventura amazónica aún más especial. Hace unos días, este rincón entre Loreto y Ucayali de 26 hectáreas, logró su reconocimiento como Área de Conservación Privada (ACP) El Cortijo. Hablamos con Luiggi Renee Del Águila Rojas, de 26 años, hijo de Sonia y Harris, quienes son los guardianes silenciosos de esta selva.
¿Cómo así se motivaron a conservar?
Yo formo parte del equipo de colaboradores de Conservamos por Naturaleza en Loreto. Desde hace un tiempo apoyamos a las áreas en temas de investigación, búsqueda de fondos y todo lo que se pueda ayudar. Entonces, pensé: estoy ayudando a más personas a conservar, y también quiero hacerlo yo. Entonces, le dije a mis papás para conservar. Teníamos un predio cerca a Sierra del Divisor que estaba siendo amenazado por el tráfico de madera en los alrededores de Contamana y teníamos que protegerlo.
¿Hace cuánto llegaron a este lugar?
Más de 10 años atrás, mis padres se enamoraron de este bosque. De sus montes, sus animales, de los grandes cedros y caobas que todavía se podían encontrar. Lo tenían ahí, conservándolo sin querer queriendo, hasta que decidimos pedir el reconocimiento de ACP.
¿Qué les dirías a todo aquel que tiene su terreno y todavía no se decide a conservarlo?
Conservar me llena de vida, de esperanza, me hace pensar en el futuro de forma positiva. La naturaleza nos brinda servicios y nosotros obtenemos beneficios. Tenemos que cuidarla y retribuirle todo lo que nos da. Conservar es un regalo para nuestros familiares que vendrán, quisiera que encuentren lo que nosotros hemos vivido y vivan en armonía con todo.
¿Qué planes tienen en El Cortijo?
Queremos que esta ACP sirva para la investigación. Hay muchas especies endémicas que necesitan ser protegidas, como la Ameerega ignipedis, una rana que se encuentra también en Aguas calientes. Queremos hacer circuitos, ofrecerlos a las universidades, mostrando la importancia de este bosque.
¿Qué es lo que más te gusta del ACP?
Me encanta que se pueda encontrar sachavacas, venados, majaz, tigrillos, otorongos, monos, y árboles de 20 o 25 metros de altura. Caminar en el Cortijo es entrar en un ambiente nunca antes tocado, que tenemos la responsabilidad de proteger. Imagínate encontrarte con colinas de 230 metros de altura en medio del bosque. Es una maravilla.