“Tenemos que proteger el bosque para que las especies no desaparezcan”, dice Roberto Bazán, mientras camina con machete en mano entre los árboles. Él es parte del equipo de ECOAN, una ONG que ha creado el Owlet Lodge, un refugio para miles de especies que luchan por seguir viviendo.

Roberto Bazán va caminando despacio, a ritmo de ladrón, para no asustar a las aves. Con un silbido agudo, este guardián de los montes de Pomacochas se las ingenia para hacer hablar al bosque: monos y colibríes salen a darle el alcance como hipnotizados. La densa neblina que suele cubrir este lugar del Perú se va despejando y se dejan ver los árboles y orquídeas que adornan el Área de Conservación Privada Abra Patricia, un albergue de lujo para observadores de aves en el límite entre Amazonas y San Martín. Bazán se detiene, va mostrando orgulloso la vida del lugar y sigue su camino, silbando.

Los montes que rodean Abra Patricia protegen a la lechucita bigotona. Una especie de nombre gracioso que solo vive en esta parte de la yunga peruana y no se puede encontrar en otra parte del mundo. Tan solo mide 14 centímetros de alto y pesa tanto como un paquete de galletas. Está en peligro de extinción y es una de las especies que puede perder su espacio en este planeta debido a la extracción de madera y la expansión agrícola descontrolada. Sin embargo, los esfuerzos por conservarla son muchos. Por tal motivo, la ONG Asociación Ecosistemas Andinos (ECOAN) creó en este lugar el Owlet Lodge. Un albergue con todas las comodidades de un hotel cuatro estrellas, en medio de los árboles, creado para disfrutar, sin que nadie te lo cuente, de la naturaleza. Esta ACP, que protege la zona de amortiguamiento del Bosque de Protección Alto Mayo, fue elegida a inicios del 2013 como una de las 7 maravillas de especies amenazadas del mundo, gracias a la lechucita bigotona,, en un concurso mundial organizado por la Alianza por la Cero Extinción (AZE).

Los observadores de aves, investigadores y turistas en general tienen en el ACP Abra Patricia todas las comodidades para disfrutar de la naturaleza. Con capacidad para 18 visitantes, tiene además una torre mirador de veinte metros de alto que te deja ver gran parte de las casi 1500 hectáreas que están siendo protegidas por ECOAN. Los colibríes y las orquídeas aparecen en todos los rincones, demostrándote que la contemplación no es algo exclusivo para seres místico religiosos. Todos deberíamos tener esa capacidad para asombrarnos con las pequeñas grandes cosas que nos muestra la naturaleza, sintiendo la frescura de la neblina en nuestras caras, empapándonos con una lluvia torrencial o simplemente viendo a un colibrí tomando agua de un bebedero. No hay excusa para dejar fluir nuestros sentidos en una zona del Perú que alberga a casi 300 especies de aves, incluyendo 23 amenazadas.

Ever García, Antonio Goicochea y Roberto Bazán son los responsables de que esta ACP sea un ejemplo de conservación en el Perú. Caminan todos los días sobre sus trochas y se conectan con la vida como pocos en nuestros días. Si está buscando un lugar para descansar y sentirse parte de la naturaleza, las alturas de Pomacochas es un lugar en donde caminar le da otro sentido a su vida.