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Enda

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“Queremos conservar la magia que hay en el bosque. Protegiendo a las especies que viven en él, retribuyéndole por todo lo que nos da”, nos dice Julio Briceño, un hijo de Amazonas, nacido en Lambayeque, que nunca se imaginó que cuidar de la naturaleza le iba a dar muchas complicaciones. Lo han perseguido y amenazado de muerte, ha caído por un abismo, ha tenido que aguantarse el hambre y el cansancio, y muchas no le ha quedado otra que jugar con la soledad. Sin embargo, nada le quitará esas ganas por salvaguardar la vida en las alturas de Amazonas, un lugar en el que sus antepasados se asentaron hace más de doscientos cincuenta años.

La ficha técnica

Personas de Contacto:

Julio Augusto Briceño Vidaurre

Teléfonos:

947814740

Correo:

julioaugusto007@hotmail.com / enda.acp@gmail.com

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Ubicación:

Amazonas

Extensión:

268 ha

Objetos de
Conservación:

Mantener la flora y fauna existente en el sector protegiéndola de entes adversos a ella.

La lluvia desde enero hasta abril cae como si fueran baldazos de agua fría lanzados con furia. La neblina tapa todo el lugar sin dejarnos ver lo que nos rodea. Con este clima es difícil encontrarse con los pumas andinos que merodean por el lugar y menos con los imponentes osos de anteojos. Todas las aves que viven ahí tampoco tienen ganas de mojarse. Otro panorama es el que hay durante el resto del año, cuando el cielo celeste te hace olvidar el fresco que se siente a tres mil metros de altura. Pero, con lluvia torrencial y niebla, te topas también con otras miles de especies que te recuerdan que la vida está en todos lados. Hongos de todos los tamaños y colores, flores y orquídeas que te dejan perplejo, árboles que se abren y se entrelazan como si fueran cuevas. Es imposible aburrirse con tal festín de naturaleza.

Cuenta la historia que la corona española, en retribución por los servicios prestados a la monarquía ibérica, le entregó a Alonso Briceño los montes aledaños a lo que hoy conocemos como Kuélap. Era el año 1760 y los escritos que existen sobre él, dicen que fue un gran hombre, noble, culto y preocupado por los demás. Los años pasaron y lo que fue una gran hacienda junto a las nubes, se fue dividiendo hasta lo que ocupa el territorio que en los últimos años se ha bautizado como Enda, palabra celta que significa ave. “Estar aquí es una experiencia única. Es caminar sobre las nubes, donde el creador descansa sus pies. Le pusimos Enda porque en su interior guarda lo mejor de sus secretos, al igual que las aves, que en el pecho ostentan sus mejores plumas”, dice con emoción Julio.

Enda está ubicada en el Mirador del Sauce y sus montes oscilan entre los 2200 y los 3500 metros sobre el nivel del mar. Está situada en el anexo de Vista Hermosa, en la provincia de Luya. Se pueden encontrar aún grandes cedros, ishpingos y moenas, que hacen de refugios de monos y aves en las partes más bajas del predio. La primera vez que Julio llegó fue en el 2007. Su padre lo llevó junto a su hermano. Lo que recuerda Julio es el intenso frío de la mañana que es como una lanza que se clava entre los huesos. Después de caminar alrededor de veinte minutos, su padre Augusto levantó su brazo y señaló: ahí es. Julio no lo podía creer. Era lo que siempre quiso tener. Un lugar prístino en el que pueda convivir con la naturaleza y agradecerlo por todo lo que le da.

– Pero papá, ¿por qué debemos conservar?, preguntó Julio alguna vez a su padre.
– Hacemos esto porque aquí nacen las leyendas y queremos conservar para que estas se vuelvan inmortales, le respondió Augusto.

Después de unos minutos, Julio iba sintiendo cómo una sensación se iba colando en su cuerpo. Dejó de sentir frío y se empezó a emocionar con las decenas de ideas que se le ocurrían. En los últimos cien años, su familia había talado parte del bosque y cazado muchos osos y monos. Julio cortó con todo ello y ocho años después no se ha vuelto a derribar ningún árbol ni disparado a algún animal.

En la actualidad Julio está a la espera de su reconocimiento como Área de Conservación Privada por parte del Ministerio del Ambiente, para luego seguir con sus sueños e ideas de hacer un albergue natural para recibir turistas, crear un espacio creativo para artistas que quieran aprovechar todos los insumos del bosque y motivar a las comunidades cercanas a involucrarse en la conservación del territorio. No es tarea fácil. Julio ha recibido golpes, insultos y amenazas desde que empezó a trabajar en su área. Sin embargo, ha sabido sobrellevar todas las complicaciones. No le tiene miedo a nada, más aún cuando las causas son nobles.

Esta es la historia del inicio de la aventura que un joven por conservar la magia de un lugar rodeado por mucha historia, neblina y mucha vida. No se pierdan la oportunidad de conocerlo.

  • Visítanos

    Por avión hasta Chachapoyas:

    Se toma el vuelo Lima - Chiclayo, que dura 45 minutos aproximadamente. Luego tome un bus hasta la ciudad de Chachapoyas (Movil Tours, Kuelap, Civa, GH Bus) en un pasaje promedio de 50 soles y un tiempo de ocho horas.

    Por tierra hasta Chachapoyas:

    Si en caso desea seguir la ruta terrestre partiendo desde Lima, puede tomar un bus de cualquiera de las empresas existentes (Movil Tours, Kuelap, GH Bus y Civa) en un trayecto de 20 horas que termina en la ciudad de Chachapoyas con un coste de pasaje de 150 soles.

    De Chachapoyas a Enda:

    Se toma un combi que va hacia el distrito de Pisuquia, pasando antes por el Tingo, Choctamal y luego la cordillera de Yumal. Hay salidas desde las 4 o 5 de la mañana, a 25 soles. En 2 horas y media llegará a Enda.

     

  • Ayúdanos a Conservar

    Se requiere de expertos en flora y fauna para hacer un registro de las especies que existen en el área y también crear la cuadricula respectiva para sectorizar los diferentes espacios de su territorio.

    Enda también necesita el financiamiento para construir un centro de observación y estadía en un punto clave del área. De la mano de ello, necesitan la asesoría de un arquitecto, un ingeniero civil y un diseñador conocedores de construcción ecoamigables.

    Se necesita equipos fotográficos para hacer un buen inventario de lo existente en el área.

    Enda tiene preparados algunos productos tales como camisetas, postales y un libro álbum de recuerdos los cuales necesitan de un auspicio para salir a la luz.