Personas de Contacto:
Roberto De la Torre
Julieta De la Torre
Teléfonos:
993623013 (Roberto) 989484370 / 990999702 (Julieta)
Ubicación:
Arequipa
Extensión:
19,028.02 ha
Norma:
R.M. Nº 165-2011-MINAM, Fecha de Publicación 27.07.2011
Vigencia:
10 años
Objetos de
Conservación:
¨Aquí tomamos agua de lluvia¨, nos dice Julieta de La Torre, mirando hacia lo alto. Apuntaba con la mano hacia la punta de las lomas donde se encuentra el sistema de atrapa nieblas que permite captar el agua de lluvia y acumularla en puquiales para luego irrigar áreas bajo reforestación, cultivos y saciar la sed de los pobladores locales. El trabajo viene siendo liderado por la comunidad con el apoyo de instituciones como The Nature Conservancy, la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, Yacu Allpa y la Embajada de Finlandia. Con el proyecto se busca reforestar 150 hectáreas de bosque nativo y triplicar la cantidad de agua que hoy tiene la población.
Julieta es comunera de Atiquipa y una de las más comprometidas y decididas a impulsar el turismo en este lugar. Trabaja mucho con los niños y con entusiasmo, enseña todo lo que tiene que ofrecer su paraíso escondido, como le llama. ¨Antes, todo esto estaba cubierto de lomas. Así dicen los antiguos. Pero llegaron los españoles con sus caprinos y todo se deforestó. Hoy necesitamos más agua y reforestar. Nada más¨.
En el pasado, las lomas cubrían grandes extensiones de la costa, desde Lambayeque hasta el extremo sur del Perú. El fenómeno, aun se mantiene en algunos lugares donde quedan remanentes de estos ecosistemas. Durante el invierno y la primavera, una densa niebla entra desde el Océano Pacífico y cubre los cerros que ondean a lo largo de la costa, incluida la de Atiquipa, condensándose allí la neblina. Esta misma humedad nutre y da vida a estos parches verdes y su frondosa vegetación.
La mejor época para visitar Atiquipa es entre julio y noviembre, cuando las lomas están en su máximo esplendor, pero igual vale la pena darse una vuelta en cualquier momento del año ya que Atiquipa tiene mucho que ofrecer. En sus cerca de 20 mil hectáreas protegidas como área de conservación privada, se da refugio a unas 350 especies de plantas. De éstas, 44 son endémicas incluyendo el casi extinguido árbol arrayán (Myrcianthes ferreyrae), tres tipos de cáctus (Eulychnia ritteri , Echinopsis chalaensis and Pygmaeocereus familiaris), y dos tipos de flores campanilla (Nolana inflata and Nolata aticoana). La especie más común en las lomas es el árbol nativo conocido como Tara (Caesalpinia spinosa), cuyas vainas y semillas son usadas para producir ácido tánico y goma para mercados nacionales e internacionales.
También es un albergue de vida silvestre, y particularmente durante la temporada de niebla, uno se puede topar con vendados de cola blanca (Odocoileus virginianus sp.), el zorro gris (Pseudalopex griseus), el guanaco (Lama guanicoe), ratones y escorpiones endémicos (Calomys sp, Orobothriurus atiquipa), y más de 80 especies de aves, incluyendo el fringilo apizarrado (Xenospingus concolor).
Se trata para los expertos del bosque de lomas mejor preservado en Perú. Y los alrededores no se quedan atrás sumando varios atractivos para los curiosos, viajeros y aventureros. Nosotros al menos, nos bañamos en el mar de la playa Jihuay, caminamos entre ruinas de los antepasados en Puerto Inca, nos callamos un rato a ver pasar la niebla y las aves, y también nos deleitamos frente a olivos, taras y los bosques de arrayán. Sin darnos cuenta, encontramos un poco de silencio. La zona también ofrece unos senderos para trekking que permiten ir desde ruinas en lo alto de las lomas, hasta ruinas cerca al mar, pasando por una zona ideal para quienes hacen escalada en roca. También hay un camino que viene de las lomas que se presta para bajar en bicicleta y no parar hasta las frías aguas de Jihuay.
La Comunidad Campesina de Yauca, Jaqui y Atiquipa, está ubicada al lado de la carretera Panamericana Sur, entre los kilómetros 595 y 610. Para acceder a las Lomas de Atiquipa, se debe tomar la Panamericana Sur desde Lima o Arequipa y al llegar al Km 600, se toma un camino secundario asfaltado que luego de 2 km de recorrido llega al pueblo tradicional de Atiquipa. De allí se puede continuar con vehículo doble tracción, hasta la zona del bosque y las áreas bajo manejo, así como a las demás áreas del territorio comunal.
Hay diferentes opciones para quedarse aquí. Se puede acampar en el bosque y aprovechar para hacer trekking hasta llegar a ruinas a las que poca gente llega; pasar la noche en el hotel que se ha construido el mismo poblado (a un costo apróximado de 30 soles); o si se quiere un sitio con más independencia, una muy buena opción es el albergue que ha habilitado Jaime Rubio, en la misma playa de Jihuay y a 10 minutos de Atiquipa (más información en http://www.jihuay.com/). Puerto Inka también se encuentra bastante cerca.
Al preguntarle a Roberto y Julieta de la Torre, sobre las formas para ayudarlos, nos dijeron, que vengan a conocer. Hay varias formas de ayudar, incluso algunos chicos que vinieron compusieron una canción sobre las lomas que nos sirve para generar mayor identidas a nivel local. También existe el reto de darle un valor agregado a la tara y comercializar las aceitunas y aceite de oliva, que aquí se producen. También se necesita apoyo para el posicionamiento de este lugar como destino turístico y mejorar la infraestructura para recibir a los turistas. Si bien hay organizaciones aportando en esto, más manos e ideas son necesarias.