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Cabo Blanco: pesca en veleros al viento

Cabo Blanco: pesca en veleros al viento

En la costa norte del Perú se forma -de tanto en tanto- la ola perfecta que convierte a una apacible caleta de pescadores en un paraíso para el surf. En estas aguas, se capturaron los peces más grandes que jamas se hayan podido pescar con una caña. Ahí, donde se encuentran las corrientes fría de Humboldt y la cálida tropical, se genera una riqueza y diversidad marina sin paralelo en el mundo.

Por: Walter Wust / www.walterwust.com

Cabo Blanco es uno de esos lugares donde la naturaleza y el hombre se unen para crear algo muy especial. En esta caleta de pescadores, acunada al pie de un acantilado de 300 metros de altura y bañada por un mar azul como pocos, se mecen al viento 200 veleros artesanales. Ellos son vitales para desarrollar una de las actividades más asombrosas y menos comunes en los océanos del mundo entero: el tradicional arte de la pesca a vela.

Hombres reales que viven en las caletas de Cabo Blanco y El Ñuro, se levantan antes del amanecer y parten cada mañana, al amparo de la oscuridad, a bordo de sus veleros de pesca rumbo al azul de un mar que conocen como nadie. Ellos, por supuesto, regresan a puerto cargados de pescados de tamaños descomunales, lo que ya es un desafío en estos tiempos en que la pesca escasea y la diversidad de nuestro mar está amenazada. Sin embargo, su mayor mérito es la preservación de una tradición ancestral que rinde homenaje a generaciones de pescadores que han aprendido a vivir en armonía con la naturaleza, respetándola y leyendo sus señales imperceptibles.

Lo maravilloso de esta práctica consiste en el uso de embarcaciones impulsadas únicamente por el viento. La pesca se realiza en movimiento, arrastrando varios sedales equipados con señuelos similares a pequeños calamares de plástico, los mismos que atraen a enormes peces como atunes, barracudas y otras especies oceánicas que, a menudo, sobrepasan los 100 kilos. La gran destreza de estos pescadores, heredada del arte ancestral de sus padres y abuelos, les permite capturar magníficas presas empleando nada más que sus manos y el dominio de los vientos.

La navegación tradicional a vela está siendo seriamente amenazada por la industrialización de la pesca y la presencia de las bolicheras a motor y sus interminables redes, que generalmente no respetan la zona de exclusión de 5 millas y abusan indiscriminadamente de esta zona de abundancia marina reservada para la pesca artesanal de consumo humano.

El turismo es una gran aternativa para evitar la desaparición del velero peruano de pesca y este arte único de los pescadores norteños. Un sistema de pesca sostenible y amigable con el ambiente que mantiene un total respeto a su entorno.

Embarcarse en uno de los veleros de Cabo Blanco para navegar silenciosamente con la brisa del Pacífico es una experiencia inolvidable. Admirar desde el océano el majestuoso paisaje que enmarca la caleta y luego enrumbar con las velas infladas al mismo lugar donde hace pocas décadas ocurrieron esas proezas entre el hombre y el mar se convertirá en una aventura imborrable. Historia, naturaleza y cultura viva se combinan en un escenario de gran belleza para crear un destino único para pescadores, surfistas y amantes de la vida al aire libre.

¡Comienza tu aventura!

¿Cómo llegar?

Toma el desvío asfaltado de 10 km que parte desde la localidad de El Alto, ubicada a la altura del km 118 de la carretera Sullana-Tumbes. La ruta es sencilla y atraviesa el tablazo sechurano para descender luego, en medio de vistas espectaculares de la costa del Pacífico, hasta la orilla del mar.

Contacto en el lugar:
Carlos Chapilliquén: 998 229 476

Algunos datos adicionales:
– Cabo Blanco posee uno de los ecosistemas marinos más ricos y variados del mundo. Aquí es posible ver prácticamente cualquier especie marina, desde gigantescas ballenas, tiburones, delfines, mantarayas y tortugas hasta los más variados y peces de aguas frías y tropicales. Es por esto que quieren declararla como Reserva Marina, junto a la isla Foca, el Ñuro – Cabo Blanco, los Arrecifes de Punta Sal y el Banco de Máncora.

Para leer: [5 preguntas para comprender la importancia de la Zona Reservada Mar Pacífico Tropical Peruano]

– “El hombre y el mar”, famosa novela de Ernest Hemingway, habría sido inspirada en la formidable destreza de los pescadores de Cabo Blanco y sus veleros, a quienes observó día tras día durante su estancia en estas playas.

– Pesca de leyenda: el norteamericano Alfred Glassell pescó, el 4 de agosto de 1953, un merlín negro de 1,560 (poco más de 700 kilos), lo que lo conviertió en el eterno campeón mundial de la pesca deportiva.

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