Llenábamos nuestros tachos de desperdicios en unas horas. Levantábamos las tapas y adentro todo era un cúmulo de restos de fruta y vegetales de todas nuestras comidas. Nos contaron que podíamos hacer compost con todo ello. Pero nosotros no sabíamos cómo hacerlo en nuestros pequeños departamentos. Es así que un día conocimos a Jean Pierre Botto que nos enseñó que todo eso que pensábamos, él lo había concretado. El resultado: casi nada de basura y nuestras plantas repletas de felicidad. ¿Cuándo está listo el compost?, le preguntamos esa vez. “Cuando todo huela a vida”, nos dijo. Y así es, el olor es un perfume lleno de sensaciones.
Nombres y apellidos:
Jean Pierre Botto – Fundador Lima Compost
Gonzalo León – Director Lima Compost
Edades:
31 años
25 años
Lugar de residencia:
Lima, Perú
1. ¿Qué están haciendo para la naturaleza?
JP: Compostaje urbano, recordándole a la gente que somos naturaleza y que la naturaleza tiene ciclos que deben abrir y cerrarse para que la vida fluya y permanezca en el tiempo.
G: Estamos redescubriéndola, reconociendo que somos parte de ella y empezando a actuar a su lado. Tenemos la capacidad de encausarla hacia efectos negativos o positivos. No la hemos venido guiando bien, los recursos naturales se agotan y la indiferencia y falta de consciencia hacia los ciclos vitales, que permiten la vida, son grandes. Por eso decidimos empezar a crear consciencia desde la base, en donde estamos parados: los suelos, ahí es donde empieza y acaba la vida. A través del compostaje (el reciclaje de los residuos orgánicos para convertirlos en abono) uno comprende el ciclo vital que ha permitido, permite y permitirá que la vida se siga regenerando, el ir y venir constante del que formamos parte. Empezamos vendiendo composteras junto con una asesoría permanente y ahora también estamos dando talleres en donde enseñamos la importancia del compostaje y cómo se puede hacer en casa o espacios pequeños.
2. ¿Por qué empezaron a hacerlo?
JP: Porque vimos que en Lima se está empezando a reciclar y separar los residuos con más conciencia y cada vez se activan más iniciativas para reciclar plástico, latas, papel, vidrio, pero nadie hablaba de los residuos orgánicos, siendo que estos representan un 30% hasta 70% del total de residuos. En investigaciones que hicimos y viajes, aprendimos a hacer compost de manera rural y quisimos llevar esta práctica a la ciudad de manera que se haga fácil y pueda crear un hábito nuevo para las familias de Lima que no dependa de una municipalidad o gobierno central.
G: La fuente que nos impulso fue un amor profundo hacia la naturaleza, que en una inicio queríamos poseerla pero a medida que fuimos madurando empezamos a querer ser parte de ella y a dejar que se manifieste incluso en nosotros mismos. Luego de conocer la realidad: calentamiento global, sobreconsumo de recursos, colapso de ecosistemas, erosión de suelos, etc., y saber que no estamos actuando coherentemente, decidimos tomar cartas en el asunto y empezar actuar desde lo que nos apasiona: la vida en los suelos.
3. ¿Qué les motiva a continuar?
JP: Saber que hacemos esto por un compromiso con nosotros mismos y como seres habitantes de este planeta. Más allá de la oportunidad medio ambiental y económica que esto pueda representar, siento que todos debemos despertar de este sueño del consumismo sin límites y de que la tecnología nos salvará de un futuro en el que, si no hacemos el cambio hoy, aquí y ahora, podremos lamentarnos como raza humana de no poder dejar un legado a generaciones futuras.
G: La confianza, la intuición y el sentido de estar haciendo lo correcto, actuando coherentemente y viviendo dando la vida para lo que nos ha tocado venir hacer en este mundo. Por otro lado ver a la gente, que ya empezó con el compostaje, seguir haciéndolo como parte de sus vidas es un gran impulso para no rendirnos frente a los desafíos que trae formar una pequeña empresa social.
4. ¿Qué quisieran cambiar del Perú en el que vivimos hoy?
JP: Simple, necesitamos reconciliación entre peruanos, no reventarnos el claxon ni talarnos los bosques, ni contaminarnos los ríos, ni burlarnos de nuestros fracasos. Debemos darnos la mano, aceptarnos y respetarnos si queremos ser respetados. Tenemos que ponernos los pantalones y hacernos respetar, no vender nuestra integridad por unos soles, tener fe que cada paso, cada sueño, nos llevará a esa realidad futura.
G: Crear consciencia acerca del impacto que generan nuestras acciones en nuestro entorno, no solo al medio ambiente, sino a todo en general. Que se entienda que la naturaleza ha evolucionado por cooperación, no por competencia y eso es lo que debemos empezar hacer: cooperar todos juntos.
5. ¿Cómo podemos contribuir a su iniciativa o a construir un Perú mejor?
JP: Pueden comprar su compostera y empezar a reducir el impacto ambiental de sus residuos y generar súper abono para la Tierra. O pueden aprender a hacer compost por su cuenta, ¡igual nosotros los ayudaremos! Esta iniciativa va a generar muchas oportunidades de hacer una Lima y Perú más natural, más vivible, más agradable. Debemos invertir energía física, emocional y mental para lograr la mejor versión de nosotros mismos y saber que lo material se lo lleva el viento, lo esencial es invisible a los ojos. Si no nos creen, respiren profundo.
G: Compostemos, reciclemos, que no nos cueste más compartir, apoyarnos entre todos, ser más humildes, más agradecidos, más tolerantes, no dejemos de luchar por nuestros sueños: el cambio empieza por uno mismo.
6. ¿Qué lugar o momento de sus vidas les ha marcado y ¿por qué?
JP: Demasiados pero me quedo con uno, en un momento decisivo. Estaba montaña arriba en el Yawarmaki en Urubamba, viendo el valle y cómo la energía fluía río abajo, absorto, feliz. De pronto resbalé y por un segundo perdí la noción del espacio, no tenía de donde sostenerme y caí de rodillas al borde del acantilado. El intenso miedo que sentí dio paso a una sensación indescriptible de paz y comprensión: si me caía lo máximo que me podía pasar era formar parte de la montaña y de la naturaleza. Así empecé mi cambio.
G: La muerte de mi papá ha sido la ultima y más grande enseñanza que me ha dado la vida y me sigue dando. Fue un gran golpe y un gran impulso al mismo tiempo, desde entonces he madurado mucho a pesar de la pena que se carga.
7. Una persona, un libro o una película que les inspire y ¿por qué?
JP: Muchísimas personas, bibliografía y películas nos han motivado en este camino, pero la verdad que nada como desarrollar internamente esa sensación de ser parte de toda la creación, de toda la vida que se manifiesta desde una estrella incendiándose en el medio del espacio o un electrón desapareciendo fantasmalmente en un átomo. Hay que hacer lo que uno siente, no lo que los demás esperan de ti.
G: Hay 2 libros que me han inspirado últimamente: “El libro tibetano de la vida y la muerte” (que para mi es como “cielo”) y “Cómo hacer un buen compost” (que vendría a ser “tierra” o lo tangible, además es un libro muy completo sobre compostaje). Haber leído un libro que me hable de “cielo” y otro de “tierra” me ha llevado a comprender que ambos son reflejos fidedignos el uno del otro y que nosotros, junto con lo que percibimos con nuestros 5 sentidos, somos el roce entre ambos (tenemos el privilegio de experimentar ambos en esta vida). En los dos se toca mucho el tema, desde distintos puntos de vista, de la vida y la muerte pero ambos terminan hablando de lo mismo, de esa continuidad de la vida luego de la muerte y de lo inevitable e importante que es.
Si quieres conocer más sobre Lima Compost, visita su web y su FB.
*En la actualidad Gonzalo dirige esta iniciativa junto a Raúl Valenzuela (vea la última foto).
Fotos cortesía Lima Compost.