Bosques secos: una ecorregión que renace
Esta semana, en #AprendeCxN, le dedicamos un espacio a los Bosques secos del Perú, espacios de vida considerados como ‘en peligro crítico’ según su estado de conservación y cuya protección es crucial para la biodiversidad y la preservación de especies endémicas de nuestro país. Conoce más sobre las amenazas que enfrenta y los esfuerzos de conservación que se realizan para protegerlo.
El bosque seco, también llamado selva seca, es un ecosistema de semidensa o densa vegetación con árboles, una de sus principales características es que prevalece el clima seco mientras que los estacionales lluviosos son breves en comparación. En nuestra región podemos encontrar el Bosque Seco Ecuatorial, compuesto de tres ecorregiones: Bosque seco ecuatoriano, Bosque seco de Tumbes-Piura y el Bosque seco del Marañón. Los dos últimos, se encuentran en nuestro país y, al estar aislados del albergan una alta tasa de endemismo en especies.
Entre la gran diversidad de flora podemos encontrar árboles como el Guayacán, Hualtaco, Ceibo y, el rey del desierto: el Algarrobo, un árbol cuya capacidad para retener el agua de la escaza lluvia que baña esta región lo ayuda a sobrevivir a las largas épocas de sequía. Estos bosques son de gran importancia en la ecorregión ya que, controlan el avance de los desiertos y las dunas, proveen de abono orgánico al agro y brindan alimentación a los hombres y al ganado.
La fauna de esta ecorregión también alberga una gran cantidad de especies como el zorro de Sechura, el Chilalo, el venado Colorado, Pacaso, el Oso de Anteojos y la Pava Aliblanca. Los dos últimos, especies en peligro de extinción.
Bosque seco de Tumbes-Piura
Se encuentra en el noroccidente de nuestro país, entre los departamentos de Tumbes, Piura, Lambayeque y Cajamarca. Limita al este con ecosistemas de montaña, como los Andes, y al sur con el desierto de Sechura. Presenta un alto grado de endemismo, por lo que tiene gran importancia su conservación. En esta área, podemos encontrar diversas iniciativas que buscan proteger la biodiversidad que estos bosques albergan como las áreas de conservación privadas El Cañoncillo o Chaparrí.
El bosque El Cañoncillo se esconde entre las dunas del valle del río Jequetepeque, en La Libertad, un parche de algarrobos que contrasta con la arena del desierto y el azul de sus lagunas. Más al norte, encontrarás la primera ACP del Perú, la Reserva Ecológica Chaparrí, en los bosques secos de las montañas de Chiclayo, un lugar que realiza grandes esfuerzos para la protección del Oso de Anteojos.
Chaparrí: el hogar del oso de anteojos
Más de 280 especies de aves, 15 de mamíferos, 23 de reptiles y 5 de anfibios, conviven con esta comunidad que puso la vida por delante de todo en su más de 34 mil hectáreas. Desde el año 2001, dejaron atrás la deforestación de esta área y se dedicaron a promover el turismo responsable. Al día de hoy, Chaparrí se ha convertido en un ejemplo de conservación en el país, valorado por los cientos de visitantes que llegan de todas partes del mundo para maravillarse en este bosque. Con los los ingresos del turismo, ayudan al desarrollo del pueblo, repotenciando sus escuelas, postas y demás servicios.
ACP Bosques de Dotor
Fue reconocida en el año 2016 mediante Resolución Ministerial N° 084-2016-MINAM con el objetivo de conservar los bosques secos de colina, neblina y paramo de la comunidad campesina local, que a la vez protege la fuente semillera de las especies de Palo Santo, Hualtaco y Cedro en la parte baja y las nacientes de agua y romerillo en la parte alta.
Los habitantes de la comunidad Andanjo, fueron los principales impulsores para la declaración de este espacio de cerca de 10 mil hectáreas, entre los distritos de San Juan de Bigote, Salitral y Canchaque, provincias de Morropón y Huancabamba, como Área de Conservación Privada.
Esta ACP comprende bosque seco, bosque de neblina y páramo donde se puede ver plantas como el palo santo, cedro y sapote; diversas especies de fauna silvestre entre las que se encuentran 3 especies de aves endémicas de la región Tumbes y 4 de los Andes Centrales. Además, representa una fuente generadora de ingresos económicos mediante el aprovechamiento sostenible de sus recursos naturales y servicios ambientales. El lugar cuenta con numerosos manantiales y caídas de aguas que la hacen única en esta zona, brindando oportunidades para el desarrollo del ecoturismo.
ACP El Cañoncillo
Catalogado en el 2001 como Patrimonio Cultural de la Nación, por el Instituto Nacional de Cultura (INC), ACP El Cañoncillo es el único bosque de algarrobo que queda vivo en el departamento de La Libertad y actualmente, es protegido por el Comité de Administración de la Cooperativa Tecapa. Dentro de él, se encuentra una ciudadela de barro con restos pre incas bautizado como el Complejo Arqueológico El Cañoncillo, podrás apreciar los restos de esta antigua civilización y sorprenderte con los grandes muros de barro en medio de las dunas.
Bosque seco del Marañón
Esta área es el hogar de al menos 22 especies de aves de rango restringido, 11 de las cuales son endémicas de esta ecorregión, así como diversas variedades endémicas de especies vegetales. Esto se debe a que las lluvias del bosque seco proveen del primer servicio ecosistémico: el agua, con el cual inicia una reacción en cadena. El agua erosiona el suelo y carga sedimentos y nutrientes, las algas crecen gracias a esto y se convierten en alimento de muchos peces que luego serán consumidos por la población local.
Resguardada por la familia Troyes, esta área de conservación protege especies de aves que son endémicas del Bosque Seco del Marañón con programas de turismo, educación ambiental y reforestación. Han construido una torre de observación además de escondites para observar los comportamientos de las aves sin perturbarlas, gracias a esto, se ha determinado que existen más de setenta especies de aves, de las que diecinueve son endémicas del Perú. Tienen los servicios básicos para pasar lindos días en esta parte de Cajamarca que es poco visitada así como, una zona de campamento y guías que te harán explorar por estos rincones del norte del Perú que necesitan de todos nosotros, de nuestras visitas, de nuestro interés.
Concesión para Conservación Iguahuana Bosques Secos de Delta
En los bosques secos del Marañón un árbol endémico se aferra a la tierra. Le dicen Iguahuana y por muchos años lo talaron para aprovechar su firmeza y hacer muebles y casas. Los pobladores del caserío de Delta y alrededores no pensaron que esta especie que solo crece sobre estos montes del departamento de Amazonas se podía acabar. Hace tan solo 14 años esta zona era un bosque sano y repleto de animales. Abundancia natural que parecía eterna.
A pesar de los golpes que ha sufrido este bosque, todavía pasean entre sus árboles once especies en peligro de extinción y ocho especies endémicas como el venado de cola blanca y venado rojo, además del tigrillo y el mono nocturno. Es por la importancia de este lugar que la campesina Rosa Torres Guerrero pidió esta área en concesión para conservación con el apoyo de Jose Julón, la ronda campesina del caserío de Delta, la ONG Neotropical Primate Conservation y la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental.
A la fecha, trabajan campañas de educación ambiental y quieren hacer sostenible esta forma de vida para que las comunidades aledañas se puedan ver beneficiadas. Turismo vivencial, voluntariado e investigación científica, son las actividades que promueve este pueblo tranquilo y amigable que quiere compartir con los demás sus costumbres y bosques.
Esfuerzos para la conservación
En Talara, la organización A Rocha Perú y la empresa de energía eólica Contour Global se unieron para restaurar 12 hectáreas de bosques secos de la mano con la comunidad. En Ica, la Asociación Aves del Perú y el Jardín Botánico de Kew protegen ancestrales huarangos. Así las iniciativas se fortalecen para rescatar de la desaparición al algarrobo, el indiscutible rey del desierto que cada día va perdiendo terreno ante el desconocimiento y la necesidad.
Noticias relacionadas:
– El proyecto para conservar los bosques secos del Perú